sábado, 16 de enero de 2010
Yo lo vi
No sabría definirlo, ni explicarlo, ni describirlo; pero yo lo vi. Era algo sutil, como la tenue luz de un enjambre de luciérnagas que revolotean en formación cerrada a media noche, radiando hacia todas partes un misterio que sale de dentro, de todos y cada individuo. No era el eco de las múltiples conversaciones que se entrecruzaban, ni el ramillete compacto de recuerdos compartidos, ni ese sonreír con los ojos que todos tenían, como si se sonriera hacia dentro, con la sonrisa tímida de la joven enamorada. Ni las incesantes capturas de la cámara del Hno Feliciano, como si quisiera absorber a todo el grupo en el útero de esa cámara para darle una nueva vida eterna que evitase por siempre la dispersión, una larga vida aunque fuese la falsa vida del celuloide y la memoria digital. Tampoco era la mirada amable del maestro que se recreaba en su obra y al contemplarla revivía el Génesis pensando con orgullo de padre que su obra era buena. Ni las reiteradas referencias a los ausentes. Ni la alegría incontenida del reencuentro. No supe lo que era… pero yo lo vi. Y la imaginación me trajo a la memoria la escena del romano pagano que al contemplar un grupo de cristianos les dijo a sus compañeros: Ved como se aman. Curiosos juegos de la imaginación que ata cabos irracionales con relaciones ilógicas. Sigo sin saber que era, pero pienso que si algún camarero de los que nos atendía lo hubiese visto como yo lo vi, bien pudo decir a sus compañeros: Ved como se aman. Yo no os lo se definir, ni explicar, ni describir, pero yo lo vi.
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Yo no se lo que viste, porque no estaba alli.
ResponderEliminarPero aunque estaba a bastantes Kilómetros de distancia,tambien vi algo. Fue algo que me sobrecogió.
En una mesa larga, compartían una comida un montón de adolescentes. Sus ojos brillaban y su boca sonreia, con esa mirada y esa sonrisa que solo los jovenes tienen.Pero sus pieles no eran tersas ni su cabello tupido.
Se miraban con una ternura especial y todos sus gestos desprendían cariño. Pero no se conocían.
No habían compartido casi ninguna de las grandes emociones de la vida. Se habían separado de cachorrillos.Las luchas, las decepciones, la alegrías, las depresiones, no las habían pasado juntos.Cada uno había vivido su vida. Muy pocos de ellos tenían algun lazo que les uniera en la actualidad, salvo el recuerdo de su vida colegial, y este había bastado para detener el tiempo y volver hacia atrás. Les había engullido un enorme agujero negro que les había hecho retroceder hasta Preu B.
Y pensé que no se trataba de eso.
Seguro que algunos votarían a la derecha, otros a la izquierda, y unos pocos ni votarían.
Seguro que algunos serían Catolicos practicantes, otros mas o menos agnósticos, y unos pocos ateos.
Seguro que militares y pacifistas a ultranza.
Y me preguntaba si seguirían comportándose de esa manera tan cariñosa, los unos con los otros, si se vieran como eran ahora de verdad.Si descubrieran las cicatrices dolorosas que ha ido dejando la vida en sus espíritus.
No yo no estuve allí.Pero esa nube gloriosa, solo la percibí de dentro a dentro. Y eso me sobrecogió.