Pido perdón anticipadamente. Pido humildemente perdón.
Por favor que nadie se sienta olvidado.
Estoy mirando las fotos muy atentamente, porque no estuve en la comida, y quiero sentir un poco de lo que allí pasó. Pero de vez en cuando me pierdo.
Reconozco al hermano Feliciano. Está mas gordito pero está estupendamente. Parece uno más de nosotros. Y tan elegante.
Reconozco a Carlos del Ama, y a Chacho, y a Casas, porque a traves de este Blog he visto fotos recientes de ellos. Y los he reconocido. Los he mirado a los ojos y he visto las mismas chispitas que veía hace ya 50 años.
Reconozco a Miki Belsol, porque nuestro contacto ha sido más largo y duradero y he ido creciendo con él.
Reconozco a Tomás Clavijo porque su expresión me sigue siendo muy familiar.
Reconozco a Ruiz Galvez, por su pelo tupido y rizado, y por que si.
Pero ahí ya me paro.
A los demás los construyo a partir de los recuerdos que tengo de ellos. Y entorno los ojos para verlo todo borroso, y entonces lo veo todo más claro.
Y me parece ver a Friki García Germán, mas gordo, pero con la misma expresión alegre e infantil. Y me trasmite parte de su alegría.
Me parece ver a Pepe Romero, entre Casas y Clavijo, con esa eterna seguridad deportiva que le da tan buen aspecto.
Reconstruyo a Javier Martín Menoyo en la mesa hablando con Miguel Belsol.
Quiero creer que ese hombre alto y delgado, que parece la misma esencia de la espíritualidad es Alonso Martínez. No lo he reconocido, pero deduzco que no puede ser otro.
Y ya me empiezo a perder.
¿Donde están Mariano Sanz y Valenzuela? Los busco entre esos señores tan sonrientes. Pero no los encuentro. He perdido aquella cifra en su rostro que antes me era tan familiar. Recuerdo las manos de Sanz. Enormes y cálidas.
Ayudadme por favor. Quiero ver en esos señores tan respetables a mis viejos amigos, pícaros y gamberretes.
Si no, no podré dar unidad al recuerdo de aquella comida en la que yo no pude estar.
Un abrazo a todos de Renato.
viernes, 29 de enero de 2010
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